Ya no es posible sacar el tizne o se han caído los ladrillos de la estufa, pues veamos como se cambian
Picamos y removemos las paredes interiores y piso del hogar de la chimenea. Sobre mortero de arena y portland en una proporción de 3 a 1, asentamos el nuevo piso, pudiendo ser de tejuelos o ladrillos refractarios, en nuestro caso utilizamos un bordillo para el frente de la chimenea el cual nos proporcionará una mejor estética.
Eso dependerá de cada quien, pero sería interesante dotar de un borde resistente a los golpes, siendo este el primero en deteriorarse.
Deberemos ir cortando los ladrillos en el ángulo que no pide el reflector superior, al tiempo que realizamos ingletes en los encuentros entre la pared fondo y laterales.
Las juntas las tomaremos con cemento refractario, una vez seco o firme el piso, planteamos teniendo en cuenta primeramente la parte trasera.
Esta debe quedar centrada con respecto de los laterales.
Plantar los laterales
Los laterales de modo tal que hacia el frente nos queden a ras y que ambos ángulos sean simétricos, para eso, presentar los ladrillos y luego de que estemos conformes con la posición, marcaremos con lápiz y escuadra corroborar su simetría.
El procedimiento esta vez será el de colocar en sus testas cemento refractario y pegar unos con otros dejando la mínima junta posible. Luego de que el cemento refractario “tira” un poco procedemos a rellenar cuidadosamente la parte posterior del ladrillo.
Mas adelante seguiremos con el revestimiento exterior y la campana.-
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